¡Cómo pasa el tiempo! Ya llevamos
una semana aquí. Hoy toca cosa ligera, no podemos más con nuestra vida. Nos
hemos propuesto entrar al Central Park, que como lo tenemos al cruzar la calle
lo vamos dejando y no hemos puesto los pies en él todavía. Ya se ha ido toda la
nieve y hace un día estupendo de sol. Está precioso: el suelo verde y cubierto
de vez en cuando por hojas marrones de los árboles; los arboles unos más
verdes, otros más rojizos y otros ya marrones y con pocas hojas. Hoy es fiesta
aquí, aunque no sé por qué, de todos modos al ser domingo no hay mucha
diferencia. Las familias han aprovechado el día y unas juegan al baseball, otras
pasean, otras suben y bajan unas rocas que hay al lado de un parquecito con
forma de castillo… Conforme vas andando te vas encontrando músicos, cantantes,
pintores, vendedores… ¡Y ardillas! Están tan acostumbradas a la gente que se
acercan si ven que les vas a dar de comer. También hay muchos patos en los mini
laguitos que hay al principio; están loquísimos, se ponen saltar y a mover las
alas para echarse agua.
Hay una pista de hielo para
patinar y una tienda de recuerdos del parque, de la que llama mi atención una
corbata con el mapa dibujado; aquí como no existe la vergüenza te puedes encontrar
cualquier cosa en las tiendas.
Llegamos a la fuente que suele
salir en las películas y detrás hay otro lago donde alquilan barquitas como en
el Retiro de Madrid o en la Ciudadela en Barcelona. Un poco después hay un gran
grupo de gente alrededor de un grupo de negros que están haciendo un
espectáculo de break dance, saltos… Son muy divertidos, aunque es el mismo tipo
de espectáculo que vi en Barcelona antes de que llegaran los mossos y tuvieran
que desmontar el tinglado. Acaba el show y seguimos; ya llevamos un buen rato
andando, hemos hecho más de diez manzanas y creo que no llevamos ni un cuarto
del parque; esto es inmenso y hay hambre. Estamos a la altura de la zona que le
dedicaron a John Lennon, en frente del edificio Dakota, que creo que es donde
lo asesinaron; así que nos acercamos para verlo antes de irnos. Esta lleno de
gente que se echa fotos con el Imagine que hay en el suelo o que simplemente
disfruta de la música de buen rollo que están cantando unos hombre que hay allí
sentados.
El turismo por hoy toca su fin.
Mañana más.